¿Cómo deben tener un buen cuidado dietético los pacientes con cirrosis?

CorePress2023-11-28  25

Los pacientes con enfermedades hepáticas deben consumir más carbohidratos, pero con moderación, pudiendo elegir alimentos ricos en monosacáridos y disacáridos de fácil digestión y absorción, como glucosa, azúcar blanco, miel, leche de abeja, zumos o frutas. La miel tiene efectos protectores del hígado y fortalecedores del organismo, como fortalecer el estómago, favorecer la digestión, aumentar el contenido de glucógeno hepático y los niveles de hemoglobina y aumentar la capacidad de desintoxicación del hígado, siendo especialmente indicada para el consumo habitual de pacientes con cirrosis hepática.

Cuando la cirrosis hepática se acompaña de hiperesplenismo suele haber tendencia al sangrado, en este momento conviene complementar con alimentos procoagulantes como gelatina de piel de cerdo rica en coloides, tendones, pepinos de mar, etc. Si las proteínas plasmáticas son bajas y se acompañan de anemia, se pueden agregar algunos alimentos que contengan hierro, como hígado de animal, verduras, dátiles rojos, longan, gachas de frijoles adzuki, etc. Cuando se produce ascitis se pueden añadir algunos alimentos diuréticos, como carpa, sésamo, leche de cabra, zumo de sandía, melón de invierno, etc.

En pacientes con cirrosis hepática, el nivel sérico de zinc se reduce, la excreción urinaria de zinc aumenta y el contenido de zinc en el hígado se reduce, lo que provocará que el paciente tenga poco apetito, así que preste atención. Preste atención a los suplementos de zinc y coma más alimentos ricos en zinc. Alimentos, mushun es el alimento más rico en zinc. Otros como mariscos, cerdo, ternera, pescado, huevos, nueces, algas, etc. también son fuentes de zinc eficaz.

Los pacientes con cirrosis hepática tienen una capacidad digestiva reducida, y debido al mal retorno venoso, las venas esofágicas suelen ser varicosas y tienen tendencia a romperse, por lo que es aconsejable ingerir alimentos blandos o líquidos o semilíquidos, y no es aconsejable comer alimentos secos, ásperos, etc. Alimentos que rascan fácilmente el esófago y son difíciles de digerir. Dado que la capacidad metabólica del hígado está debilitada, no es aconsejable consumir alimentos enlatados que contengan aditivos alimentarios como pigmentos y conservantes.

La cirrosis hepática compensada tiene unos requerimientos dietéticos más amplios y es recomendable elegir alimentos nutritivos y de fácil digestión. Los alimentos demasiado duros, grasosos y pesados, y las verduras que contienen mucha fibra cruda, como los puerros y los brotes de soja, no son adecuados porque pueden provocar fácilmente hemorragia gastrointestinal superior.

Durante el período de descompensación, debido a la congestión gastrointestinal e indigestión, la comida debe ser blanda, rica en calorías, fácil de digerir y que produzca menos gases, lo adecuado es estar lleno alrededor del 70% todos los días. . Las personas sin encefalopatía hepática pueden recibir diariamente unos 100 mg de proteínas, una pequeña cantidad de grasas y una dieta vegetariana rica en vitaminas, sales inorgánicas y oligoelementos. Deje de beber y evite comer moho, alimentos crudos, picantes y otros alimentos irritantes fuertes.

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